Alejandro de la Sota: DE LA MATERIA A L’ABSTRACCIÓN
Orsina Simona Pierini
Con el análisis del edificio del Gobierno Civil de Tarragona de Alejandro de la Sota, me interesa, mediante el recurso de la lectura critica de un proyecto construido, profundizar en una cuestión: la relación que la arquitectura puede establecer con el arte.
La tesis que se propone es aquella según la cual es posible leer el proyecto de este edificio como la determinación de una serie de problemas típicos del proyecto de arquitectura (como la relación con la ciudad o la función), la confrontación de éstos con operaciones típicas de las artes figurativas (como por ejemplo la abstracción o la materia), para llegar a establecer nuevas soluciones arquitectónicas.
He intentado plantear dos órdenes de cuestiones para el análisis de la obra: por un lado una estructura útil para la lectura de la obra, indicando algunos conceptos que la ordenan, y por otro la comprensión concreta de las modalidades de traspaso de un concepto artístico a un proyecto de arquitectura.
Son muchas las pruebas sobre la conciencia proyectual de Alejandro de la Sota. Disponemos de sus escritos, y sus conferencias, pero también de los artículos de los que han trabajado con él, Juan Navarro Baldeweg, José Manuel López-Peláez, Pepe Llinàs.
A menudo, cuando de la Sota nos habla de cuestiones importantes sobre su idea de Arquitectura, lo hace hablando de otra cosa. De la Sota, maestro moderno formado en el Madrid de la posguerra, solía a menudo acompañar sus lecciones de arquitectura con una serie de diapositivas de objetos de diversa naturaleza que él asociaba a conceptos útiles en arquitectura[1].
“El problema de hacer arquitectura es un proceso mental, una autentica resolucion precisamente de ese problema.
He comparado en ocasiones el hecho de proyectar con una partida de ajedrez a ciegas, no existe la posibilidad de “pieza tocada, pieza movida” . Es nuestra cabeza, tambien a ciegas, la que plantea con todos los datos recibidos, y como ya se indicò los que uno mismo añade, la que ha de hacer todas las posibles combinaciones que han de dar solucion a tantas posibildades..”[2]
El propio de la Sota, en el texto citado al inicio, habla del proyecto como de la selección de los elementos que pueden estar en la mente del proyectista en la fase de proyecto; habla de los materiales del proyecto y de su unidad, “tutti i dati rendono un’opera come inevitabile”, pero explica también, con la metáfora de los ojos vendados, como el recorrido no puede ser racional, lógico y enteramente descriptible, como nos recordará José Manuel López-Peláez en su artículo sobre las caricaturas.[3]
Se han recogido las palabras de Pepe Llinas, que trabajó con Alejandro de la Sota en la rehabilitación del edificio del Gobierno Civil en los ’80, cuando dice, en la introducción a los textos de Sota, que “pienso que aquello que manifiestan pudiera haber estado en el origen de la obra y, al reves, que el pensamiento que acompaña el proyecto y la obra pudiera haber originado el texto”[4]. Y así, se han podido confrontar los problemas concretos del proyecto con las reflexiones artísticas introducidas por los textos. Si pensamos en el carácter conceptual del arte moderno, en el hecho de que cada obra requiere de su público no una mirada pasiva, sino una interpretación activa tanto del proceso de elaboración como del significado final de la obra, se puede seguir la investigación que el análisis nos sugiere, estableciendo algunos conceptos clave, como por ejemplo el de abstracción o materia.
LOS PROBLEMAS DEL PROYECTO
Se trata de un proyecto de concurso ganado en 1957 y realizado en la parte nueva de la antigua ciudad de Tarragona, de orígenes romanos. El edificio se sitúa sobre una plaza circular de reciente realización, cuyo diseño criticó enseguida el arquitecto.
Posteriormente, simplemente hablando de su opción por la piedra del revestimiento, Sota introduce la fuerte relación con la ciudad antigua. La relación con la ciudad se desdobla por tanto en un rechazo del contexto real a favor de la antigua ciudad romana.
También el destino funcional viene expresamente mencionado por el arquitecto como uno de los problemas del proyecto. El edificio es la sede del Gobierno Civil, es decir el edificio del Gobernador, institución de máximo control sobre la ciudad, y aún más en la España franquista de 1957.
Su función era, por un lado, albergar las oficinas del propio Gobierno Civil, y por otro acoger la vivienda del gobernador, del secretario y de posibles invitados.
Por este motivo, el volumen se rompe en dos desde los primeros estudios, primero verticalmente y luego horizontalmente. Sota expresa ya en la memoria de proyecto la lucha con la ambigüedad del uso.
Entre los escritos de estudio de las volumetrías del edificio debe señalarse el rediseño de la torre para oficinas Johnson de Wright, donde la sección gira alrededor del vacío creado al retranquear los forjados: de la Sota estudia los maestros del Movimiento Moderno, pero los abstrae, filtrándolos a través de un problema técnico, hasta hacerlos irreconocibles. El tema del retranqueo de los forjados, de hecho, se transforma de sección en fachada principal.
La fachada es el lugar en el que se concentran y se resuelven los problemas que la ciudad y la función plantean al proyecto.
Ésta se nos presenta a menudo en una fotografía en blanco y negro, casi como una abstracción de sus llenos y vacíos, de su simplificación en cuadrados negros y de su composición sobre el plano blanco.
Es una fachada en la que el volumen cúbico de piedra se apoya sobre el vacío de la planta baja, donde solo se veen los cuatro pilares de hierro dispuestos a lo largo del imperceptible arco del círculo de la plaza, una fachada en la que los balcones y las galerías se reducen a cortes y vaciados de la piedra. La línea negra horizontal, correspondiente a la galería del segundo piso parece apoyarse solo sobre el vacío del balcón central. En la parte superior, las galerías cuadradas, decaladas, se equilibran en el proyecto de la fachada, sin expresar nada de lo que dentro encuentra lugar.
En el último piso, una casa de patio central, apoyada sobre la cubierta, casi no es visible; se trata de una pequeña villa retrasada respecto al volumen cúbico que el edificio quiere mostrar.
ABSTRACCIÓN Y MATERIA EN ARQUITECTURA
¿Puede plantearse la hipótesis de que Alejandro de la Sota experimente y encuentre en algunos conceptos del arte moderno la solución a los problemas del proyecto?
A través de los escritos y las conferencias de Alejandro de la Sota es fácil trazar una línea que se mueve dentro del arte abstracto, de Paul Klee, a Josef Albers y a los trabajos de la Bauhaus.
“Inspiraciones. Lo digo con toda humildad: siempre busco inspiraciones arquitectónicas muy lejos de mí, muy lejos del arquitecto. No me gustan los libros de arquitectura. Nunca quiero pensar que ha salido algo importante, para mí, de arquitectura que no haya sido motivado por algo muy lejano. (…) cosas que me han movido a un entendimiento, una vibración que ha sido aprovechada.”[5]
Es oportuno recordar en este punto una anécdota que Sota citaba a menudo:
“Tuve la suerte de tener la fuerza suficiente para no trabajar. (…) La buena nueva llegó de la manera más tonta. Recuerdo que fue un libro de Marcel Breuer que simplemente se llama Sol y sombra. Aquel libro hablaba de cómo protegía él las ventanas (…) le salían esculturas sin ser escultor”.[6]
Sota reconoce de Breuer el mérito de haber expresado claramente en su tratado, que acompaña sus obras, aquel movimiento, aquella idea de la unidad de los contrastes que ya el título anunciaba. Pero hay también un hilo directo que vincula a Breuer, y su libro Sol y sombra con la fachada del edificio de Tarragona y este hilo pasa a través de Semper y su idea de la fachada como revestimiento, obra de arte textil.[7]
Sota solía citar también a Josef Albers. Hay diversos temas del trabajo de Albers que reencontramos en la experimentación proyectual de Sota: el arte textil justamente, pero también el trabajo sobre los materiales y el tema del cuadrado, superpuesto al concepto de forma positiva y de forma negativa.
Una de las máximas enseñanzas de Albers es justamente el reconocimiento y el consecuente uso correcto de los materiales: “La forma depende del material con el que se trabaja”.[8]
La barandilla de la escalera principal del edificio del Gobierno Civil, plegada para ofrecer la mayor resistencia del material, parece realizada en una aula de los laboratorios de la Bauhaus, donde Albers llevaba el curso propedeutico.
“Me parece que en arquitectura hay dos maneras de hacer: la física y la química. Yo optè por la física, en la que ningún elemento se mezcla con otro para producir un tercero, sino que con unas pinzas, siempre puedas dar con toda la personalidad de cada elemento.”[9]
Muchos críticos han subrayado la importancia del uso de los materiales en la arquitectura de Sota, tan clara en sus propias palabras: “Me imagino el bien que nos haria el sentarnos ocho, diez dias sobre el bloque de granito que vamos a utilizar en aquella misma obra; estar quince años contemplando el hormigon dentro de la hormigonera, el ver kilometros de laminado de perfiles…, pequeños ejercicios espirituales.” [10]
No por casualidad Sota habla del bloque de granito. Sota es originario de Galicia, donde todo está construido en granito. Su modo de trabajar no procede por cuestiones compositivas, sino por materiales.
En la selección de los materiales del Gobierno Civil, escoge relacionarse con la antigua ciudad romana de Tarragona usando la materialidad de la piedra.
“Realmente la piedra es, con la madera, el unico material que la naturaleza nos da prefabricado, todo lo demas es, podria decirse, quimica” [11]
La ciudad romana con la que Sota escoge relacionarse es aquella que permanece en la imagen de la ciudad. Las referencias de Sota non son los bellos monumentos, sino más bien las grandes construcciones en piedra, el acueducto, la muralla y el pretorio. Su relación con la ciudad romana es suprahistórica, totalmente material.
La piedra, el material de la ciudad antigua se utiliza para construir los agujeros abstractos de la fachada del edificio.
Una fachada tridimensional que se contrapone a las fachadas laterales, donde en cambio el vidrio y las piezas de mármol tienen entre sí un espesor exiguo, explicitando la función de revestimiento. Materia excavada y tridimensional, en perjuicio de la representatividad del plano de fachada típico del edificio.
Si en la fachada principal Alejandro de la Sota pone en duda el diseño bidimensional de la fachada clásica, en las laterales sin embargo aborda un tipo diferente de proceso de abstracción que desarrollará ampliamente en su siguiente obra. Casi podríamos pensar que el revestimiento de mármol, tan ligero, consigue ocultar sólo en parte un tema tan importante para el arquitecto como es la caja de vidrio: aún escondida en este proyecto, se manifestará después en algunos otros proyectos significativos, como por ejemplo el que realizará para Aviaco.
Juan Navarro Baldeweg, pintor y arquitecto que proyectó el escudo de bronce[12] utilizado por Sota para reequilibrar los pesos de la fachada, ha escrito un artículo muy preciso, como solo un artista que obra sabe hacer, sobre la abstracción en Alejandro de la Sota[13], donde explica la diferencia entre la abstracción geométrica de un Terragni, y la inmediata, material, verificable en cambio del Gobierno Civil, que Baldeweg reconduce a Malevic[14].
Materia excavada, Malevic.
El proyecto del Gobierno Civil se presenta en 1957, año en que el escultor vasco Jorge Oteiza decide suspender su obra escultórica, interrumpir su propósito experimental.
Alejandro de la Sota ya se había interesado por Oteiza en un artículo sobre el proyecto de Sáenz de Oiza para una capilla en el camino de Santiago:
“La piedra en forma infantil, y para eso llaman a Oteiza, casi infantil en su persona, por su perfecion (…) Es necesario pensar en metales aunque usemos de piedras; las useremos de formas mucho mas pura, mas noble; contraste entre macizo, pesadez y fragilidad, ligereza. (…) La piedra, usada como niños; el metal, como puros ingenieros; y todo unido, repito, por artistas.”[15]
El propósito experimental del escultor Oteiza, se concentraba en el vaciado de la materia. Desocupación del cubo, del cilindro, de la esfera.
Su continua referencia al arte abstracto de las vanguardias surge a través Malevic, con la creación de una figura espacial vacía, infinita, dentro de un marco. Todas las esculturas de Oteiza sobre el vaciado del cubo representan la definición de los límites de un posible espacio, de un vacío predispuesto a acoger[16], tal como las infinitas piezas del Laboratorio de Tizas expresan la tentativa de representar volumétricamente esta espacialidad.
Oteiza es también escritor, de poesía, de arte y de ensayo, vasco. En su libro teórico quizás más famoso, Quousque Tandem…!, nos cuenta su infancia:
“De muy niño, en Orio,mi abuelo solia llevarnos de paseo a la playa. Yo sentia una enorme atracion por unos grandes hoyos que habia en la parte mas interior. Solia ocultarme en uno de ellos, acostado, mirando el gran espacio solo del cielo que quedaba sobre mi, mientras desaparecia todo lo que habia a mi alrededor. (…) Me van a permitir otro recuerdo: la satifaccion inolvidable, que se me despertò en la cantera, fue perforar la piedra: descubrir el otro extremo libre del agujero. (…) Es ahora que puedo asociar estos dos recuerdos. Si de escultor no hubiera concluido mi actividad experimental en un solo y simple espacio vacio, yo hubiera olvidado seguramente estos recuerdos.”[17]
Sota mira las grandes excavaciones en la materia de la ciudad romana desde el mismo punto de vista.
Sota parece interponer entre él y la ciudad el vaciado de Oteiza. Toma prestado de éstos la capacidad de arrastrar las cuestiones, de trabajar por sustracción, como la propuesta por una estética negativa que Oteiza había teorizado: “actuar creadoramente por sucesivas negaciones, en una serie progresiva de eliminaciones, fenomenologicamente, reduciendo entre parentesis todo aquello que debemos apartar para aislar el objeto verdadero que persiguimos .”[18]
Pero el análisis de la obra escultórica de Oteiza nos da otras indicaciones preciosas: en ocasión de una exposición en Sao Paulo, Oteiza produce maquetas en vidrio, con las que experimenta con la luz filtrada a través de la superposición de más planos transparentes, las paredes-luz. También en el caso del edificio la fachada se vuelve tridimensional y las galerías se transforman en cajas de luz realizadas en vidrio, excavadas dentro de la vivienda.[19]
El propio Sota, recordaba J.M. López-Peláez, hablando de su modo de proyectar solía hablar de quitarle peso. Sota solía citar a Klee para demostrar sus principios compositivos, en particular, la imagen más usada era el cuadro Casas de vidrio[20], comentado de este modo: “Una inspiracion fabulosa, la cosa que no pesa, que no se sabe como se enlaza, pero que hay un orden.”[21]
Volvamos a confrontar un cuadro de Klee y la fachada del edificio.[22] La analogia formal es inmediata, pero también entre las páginas escritas de Das bildnerische Denken de Klee podemos establecer los principios que se encuentran en el proyecto de la fachada del Gobierno Civil.
En el segundo capítulo de los Croquis pedagógicos, después de haber definido el sentido de las dimensiones, Klee se enfrenta al tema del equilibrio, llegando a ejemplificarlo con una teoría de piedras superpuestas que constituyen una torre.
Es como si Sota expresase sus dudas sobre el proyecto, su destino funcional, poniéndolo en crisis, introduciendo primero el equilibrio y el peso de las formas, y luego el movimiento del eje, explícito sobre el frente principal.
Sota esconde las dos funciones distintas, pero también la obligada representatividad del edificio, y al mismo tiempo declara su adhesión a la arquitectura moderna, a través de la abstracción de las formas. Los principios del arte moderno aparecen en fachada: líneas y claro oscuros son, de hecho, los medios plásticos primordiales.[23] Pero un ulterior concepto atraviesa la experiencia del arte moderno y las paginas del tratado de Klee: el movimiento, que en la fachada del edificio se concreta en el desequilibrio de las galerías.
“Cualquier cosa en transformación descansa en el movimento. En el Laoconte, Lessing concede mucha importancia a la diferencia entre el arte del tiempo y el arte del espacio. Pero el espacio es también un concepto temporal. El factor tiempo interviene en el momento en el que un punto entra en movimento y se transforma en línea. Del mismo modo, una línea al moverse generará una superficie; y así ocurre también con el movimento que conduce de superficies a espacios.”[24]
EL VACÍO COMO UNIDAD DE CONTRASTES
Luz, equilibrio, gravedad son los temas fundamentales de la composición escultórica, pictórica y arquitectónica de Juan Navarro Baldeweg. Dejémonos guiar todavía por sus palabras para desarrollar un último aspecto de este proyecto. Navarro Baldeweg, en la descripción de otro proyecto de Sota para Alcudia, consigue destacar una cuestión fundamental, aquella que relaciona el vacío con la unidad de contrastes.
“Los dibujos muestran una capacidad artistica envidiable para ensamblar cosas distantes en un unico impulso. Todo parece quedar definido entre extremos, cubriendo distancias en un vaiven de observaciones…
Esta manifestacion del vivir concreto està lejos de ser banal. Los dibujos conmuoven al fundir en todo momento lo necessario y el contingente, lo proximo y lo lejano, lo estatico y lo movil en diferente escalas, situaciones y ritmos.” [25]
La unidad de contrastes que hemos visto aparecer aquí y allí como tema a lo largo de este análisis es una referencia explícita a Breuer, y una referencia real en la construcción del edificio, donde la luz interna se contrapone a los agujeros negros, donde las masas oscuras del exterior se transforman en cajas de luz.
Podemos establecer con precisión al menos tres soluciones arquitectónicas de realizaciones de este vacío, más allá de los balcones ya descritos: la villa con patio central que Sota proyecta sobre la cubierta del edificio, con su planimetría introvertida; el vacío representativo de la segunda planta donde el techo se transforma en una maquina de luz y todos los elementos que lo definen parecen fluctuar, predispuestos a la realización de este espacio.[26]
Y, por último, el vacío del espacio público en la planta baja, la verdadera plaza cubierta que Sota contrapone a la banalidad de la plaza proyectada por la especulación, donde se encuentran, articulados en la posición vertical y horizontal, solo los pesados elementos de mármol, la mesa del portero y los bancos del nuevo espacio publico, que aparecen dormiendo al suelo con una modalidad muy vecina a los trabajos contemporáneos del arte minimalista.
Y que es toda la obra posterior de Sota si no la comprobación estructural, técnica y espacial de este vacío?
De hecho, podemos ver la sección del colegio Maravillas como el resultado de aquel proceso que es, en realidad, todo el proyecto del Gobierno Civil, que parte de la materia para llegar a la abstracción, experimentando y confrontando el proyecto de arquitectura con otras disciplinas artísticas.
El los croquis de estudio del gimnasio madrileño podemos observar que la inmediatez del gesto ordinario, el que sintetiza la idea del proyecto en la sección, se declina en una investigación meticulosa de los detalles y del uso de los materiales, pero sobre todo de las relaciones entre las partes y las diferentes soluciones espaciales. Al continuar el patio superior con la cubierta del gimnasio que contine las aulas, la estructura dibuja el movimiento de la gran curva y esconde la asimetría derivada de las diversas situaciones, permitiendo por una parte la iluminación directa de la sala y de las aulas y, por otra, hacia el interior, la colocación de la tribuna y del sistema de ventilación del gimnasio. La complejidad funcional se resuelve completamente en la abstracción de la sección.
La investigación de la forma tècnica se convertirá en proyectos posteriores en rasgo característico de Sota, anticipando, como por ejemplo en el proyecto para Aviaco o en el concurso para Bankunión, temas como el minimalismo de las fachadas, la excepcionalidad del vacío central o la investigación sobre los materiales transparentes y ligeros, hoy de gran actualidad.
Non es este el momento de abrir otros frentes, sino de cerrarlos recordando la costumbre de la arquitectura española de observar la arquitectura nordica, preguntándose que hay más allá del atrio de la biblioteca de Estocolmo o de la sala del Ayuntamiento de Goteborg de Asplund[27], o quizás el atrio de ingreso al National Bank de Jacobsen, si no la bellísima realización en la materia de este mismo vacío[28].
[1] “1. La bombilla. el mayor rendimiento con el menor material. 2. Paul Klee. Las transparencias. Sugerir lo inmaterial, señalar estacas en un campo, Señalar. 3. Balenciaga. 4. Mirò: color, vacío. 5. Los aviones. la mas perfecta tecnología. 6. El haz de vías. confusos y con sus leyes 7. El canal. 8. La luz en la Cooperativa de Haag, Buijs, y Lürsen. 9. Albers. El orden figurativo, la esencia que surge del plano.” Ismael Guarner, Sobre unas diapositivas de las conferencias de Alejandro de la Sota, in Bau, n. 013.
[2] Alejandro de la Sota, Memorias, in Alejandro de la Sota, Arquitecto, Madrid 1989, p. 17.
[3] “No sólo para mostrar las ideas sino también como un verdadero instrumento de diálogo entre la actividad mental y su concreción física.
(…) No se trata tanto de deformar la realidad como de cuestionarla con inteligencia y mirarla desde otro punto de vista que puede resultar sorprendente, y cuyo autor busca esa sorpresa y se divierte con ella.” J.M. López-Peláez, Caricaturas, in Circo, n. 26, 1995.
[4] Josep Llinás, Introducción, in Alejandro de la Sota, Escritos, conversaciones, conferencias, (ed. M. Puente), Barcelona 2002, p. 11
[5] Alejandro de la Sota, Conferencia en Barcelona, 1980, in Alejandro de la Sota, Escritos… cit, p. 178.
[6] ibidem, p. 171.
[7] “Lineas y planos son elementos de una construccion axiomatica del mundo, comun al arte textil, a la definicion semperiana de la tectonica y a la busqueda de las razones formales de la naturaleza en la obra de Klee e Kandinsky.” Antonio Armesto, Quince casas americanas de Marcel Breuer (1938-1965). La refundación del universo doméstico como propósito experimental, in “2G. Marcel Breuer”, n. 17, 2001.
[8] Josef Albers, in M. Droste, Bauhaus 1919-1933, Bauhaus Archiv, Köln 1998, p. 141.
[9] Alejandro de la Sota, Memorias y experiencias, in Alejandro de la Sota, Arquitecto, p. 16.
Klee lo había expresado con estas palabras. “Los elementos deben producir la forma, pero sin sacrificar su integridad. Manteniendo su identidad.” Paul Klee, Théorie de l’art moderne, Bern 1956, p. 36.
[10] Alejandro de la Sota, Alumnos de Arquitectura, in Arquitectura, n. 9, 1959, p. 3.
[11] Alejandro de la Sota, Palabras…, in Escritos, conversaciones, conferencias, p. 80.
[12] He tenido ocasión de entrevistar a Juan Navarro Baldeweg acerca del periodo de aprendizaje que pasó en el estudio de Sota y que tuvo lugar durante la época en la que el edificio estaba en construcción; Baldeweg recordaba que para Sota era muy importante que aquel bronce fuese como una vieja moneda, en la que los trazos fuesen perceptibles casi sólo al tacto.
[13] “Una pauta interna caracteriza de manera desmesurada a cada proyecto, un proceder mediante una exigente progresión reflexiva que se manifiesta paradigmáticamente en el temprano proyecto del Gobierno Civil de Tarragona. Como un proceso alquímico, la voluntad de abstracción llega al extremo de trasmutar las cosas en pura corporeidad: el edificio se eleva sobre la plaza donde se asienta como un metal ya limpio de toda escoria. El Gobierno Civil puede hacernos pensar por un momento en Terragni. Pero pronto nos damos cuenta del diferente empleo de la abstracción, lo que nos ayuda a entender su singularidad. Estamos lejos aquí de una complejidad abstracta nacida de una laboriosa génesis plástica. La abstracción que presenta el edificio del Gobierno Civil es directa, corresponde a una imagen formulada de una sola vez: se trata de una aparición repentina, más próxima a Malevic que a Mondrian. Dificilmente encontraríamos en la arquitectura contemporánea un objecto tan icónicamente precisado, tan hipnótico. Es una figura de la presencia: como tres golpes de timbal que respondieran a la espontaneidad de nuestra mirada.” Juan Navarro Baldeweg, Una laboriosa abstracción, in “Arquitectura Viva”, n. 3, noviembre 1988, p. 29-31.
[14] “El sentimento intuitivo ha encontrado una nueva belleza en los objetos – la energía de las disonancias que resulta del encuentro de dos formas.” Kazimir Malevic, De Cezanne au suprematisme, Lausanne 1974, p. 41.
[15] Alejandro de la Sota, Una capilla en el camino de Santiago, in RNA, n. 161, mayo 1955.
[16] Carlos Martí Arís, Silencios elocuentes, Barcelona 1999, p. 105.
[17] Jorge Oteiza, Quousque tandem…! Ensayo de interpretacion estetica del alma vasca, Pamplona 1963. n. 75. Oteiza no acepta la numeración de las páginas.
[18] Jorge Oteiza, ibidem, n. 63
[19] “Tambíen la luz, la idea de iluminar en profundidad, en sección, es algo tratado por Jacobsen de manera muy atractiva.”Alejandro de la Sota, Entrevista sobre la obra de Arne Jacobsen, in Escritos… cit, p. 121.
[20] Sota utilizó también el mismo cuadro para explicar su proyecto para el nuevo edificio de vidrio de Aviaco..
[21] Alejandro de la Sota, Conferencia, in Escritos… cit, p. 178.
[22] Juan Antonio Cortés, Lecciones de equilibrio, in “Anales de Arquitectura”, n. 6, 1998, p. 180-183.
[23] “El primero de estos medios es la línea, cuestión de medida solamente (…). De otra naturaleza son las tonalidades o valores del claroscuro: las numerosas gradaciones entre blanco y negro. Este segundo elemento está relacionado con cuestiones de peso. (…) el diseño es el arte de eliminar.” Paul Klee, Théorie de l’art moderne, p. 19- 21.
[24] ibidem, p. 37.
[25] Juan Navarro Baldeweg, Construir y habitar, in AV monografías, n° 68, noviembre 1997, p. 30.
[26] Pepe Llinàs, hablando de los interiores del Gobierno Civil, ha señalado que los tabiques no apoyan en el suelo:: “Las divisiones no estan sujectas a sistema formal alguno. Bailan en la superficie de la planta: no hay zocalo y, por tanto, los pies de la pared no estan aprisionados entre dos carriles que se levantan del suelo”, Josep Llinàs, Saques de esquina, Valencia 2002, p. 86.
[27] José Manuel López-Peláez, La arquitectura de Gunnar Asplund, Barcelona 2002.
[28] Basta pensar en la biblioteca municipal de la ciudad de Bergman: el atrio de ingreso de la biblioteca de Asplund es negro, con un estuco finísimo, casi reflejando la luz que entra desde la inmensa ventana-portal del ingreso. Se suben unos peldaños y uno se encuentra en la sala circular de rolor blanco de la fábrica, opaco.
El vacío del cilindro, como unidad de contrastes.
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